sábado, 24 de noviembre de 2012



VIOLENTOMETRO

El llamado Violentómetro clasifica 27 actos de abuso sicológico o físico que se pueden sufrir durante el noviazgo. Incluye desde hacer bromas hirientes, aplicar la ley del hielo, celar, descalificar y humillar en público, hasta las consideradas de peligro, como encerrar, amenazar, forzar una relación sexual, mutilar y en casos extremos, asesinar.

El mecanismo fue diseñado por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) para prevenir la violencia en la pareja, pues al menos 63 por ciento de los alumnos de esa casa de estudios reporta ser víctima de algún tipo de agresión física o emocional en el noviazgo.Tronco Rosas señaló que los resultados del estudio "nos llevaron a reconocer que existe un problema de violencia muy fuerte. Entre los alumnos se da sobre todo como agresión física. Detectamos que hay empujones, arañazos y destrucción de objetos personales, como el celular. Se argumenta que le llaman mucho a la pareja y puede ser algún galán. Las mujeres también agreden. Hay un alto porcentaje que pellizca o jalonea".

Es preocupante que ninguno de los sexos "considere las agresiones sicológicas o físicas como violencia. Creen que si jalonean a su pareja no es nada malo. Ven como acto de amor que les llamen a todas horas, que se les quiera controlar o se les prohíba estar cerca de amigos o familiares. Es urgente romper con estos mitos".

El Violentómetro, agregó, permite identificar con facilidad si se está en una relación de abuso. Explicó que fue diseñado como una regla de 30 centímetros que en cada número incluye un acto de agresión emocional o física.
Su clasificación se realizó tomando como base los datos proporcionados por los alumnos, en los que detectamos tres etapas muy claras."       
                     
La primera, en color amarillo, incluye la violencia sicológica y emocional. Comienza con bromas hirientes. Sigue con chantajes y mentiras, hasta llegar a las humillaciones en público, las intimidaciones o amenazas, el control o las prohibiciones.
Indicó que continúa con una etapa, identificada en color rosa, de agresiones físicas, en las que se pueden sufrir manoseos, caricias agresivas, pellizcos, empujones, cachetadas o patadas. “Ahí les advertimos con la frase ‘¡Reacciona! No te dejes destruir’”.

La fase más peligrosa para la integridad física de la persona –en color morado–, subrayó, es cuando ocurren agresiones como encerrar o aislar, amenazar con armas de fuego, forzar una relación sexual, perpetrar un abuso sexual o mutilar. "Es quizá cuando se corre el mayor riesgo, donde los jóvenes deben buscar ayuda urgente de un profesional", ya que en casos extremos se llega al asesinato

En el IPN, enfatizó, buscamos la prevención de la violencia, pero si detectamos casos graves, se canalizan a la instancia respectiva, aunque nuestra tarea es "sobre todo académica, pues nuestro compromiso es con la formación integral del alumno".


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